Nací el 29 de noviembre de 1973, aquí empieza mi proyecto de vida personal y profesional, pero antes de seguir me gustaría:
Agradecer a mis padres por darme la VIDA y fabricar este cuerpecito menudo de mente inquieta y curiosa. Si no hubiera sido por ellos, yo no estaría ahora aquí.
Gracias a mi familia por apoyarme en todas mis decisiones.
A mi hijo, Arnau, que llegaste a este mundo y te quedaste muy poco tiempo, y a mi hijo Marc, mi guerrero y mi maestro.
A mis amig@s, a todas las personas maravillosas que me he ido encontrando por el camino.
Especialmente a mi querida Montse Rizo, que se cruzó en mi camino, una mujer sabia que supo ver en mí unas cualidades que yo no supe ver y me motivó a estudiar el postgrado en psicomotricidad y…
En un espacio de trabajo personal desperté algo en mí que desconocía, las puertas de mi corazón se abrieron y, refugiada en él, seguí la búsqueda de todas las respuestas a las preguntas que me surgieron aquel día, yo lo llamo “un nuevo despertar”. En esa intensa búsqueda las vías del tren de mi destino cambiaron de rumbo para siempre.
A pesar de todos los obstáculos que encontré en mi camino, seguí refugiándome y escuchando mi corazón, encontré las respuestas en el budismo tibetano, y me formé con rigor y pasión en diferentes escuelas nacionales e internacionales; hasta hoy no he dejado de aprender y de enseñar.
Decidí convertir mi experiencia y aprendizaje en mi profesión con el deseo de despertar conciencia y mejorar la salud y la felicidad de todos los seres, a través de las enseñanzas y prácticas milenarias que durante estos años me han ayudado en mi crecimiento personal y me han permitido establecer un método de trabajo.